PRIMAVERA DE LIBIA

    “Primavera de Pekín, Primavera de París, Primavera de Praga...”, el Peta del barrio se pone loco recontando las “gloriosas primaveras revolucionarias” que en el mundo han sido... “Me hubiera gustado vivir la de Praga, que duró siete meses, aquel concierto final con música clásica de tanques soviéticos y a este lado del telón el Che Guevara y Pablo Neruda gritando ‘Podrán arrancar todas las flores, pero no podrán detener la primavera’...

    ...hoy me gustaría estar oliendo a pleno sol la esquizofrénica Primavera de Libia, sentir esas encantadoras melodías de aviones hispánicos en misión de patrulla aérea de combate. “Al diablo con la maldita primavera”, aullaba ayer un miliciano desde el desierto de Libia. Yo ya soy un pacífico ciudadano de Poniente, pero me gustaría morir también en un oasis de Libia abrazado a una mujer-antílope con un fusil sobre una tanqueta... ¿Qué significa Libia? Preguntádselo a las sardinas del Sil. Supongo que en Trípoli habrá una librería anticuaria y que ningún piloto del Reino de León estará arrojando bombas contra la primavera libia. El otro día descubrí un poema del bardo Idris Tayed, “El olor de la pobreza”. No es un gran poema pero estremecería a quien escuchase detrás de las cortinas de humo el fragor de la metralla en los arenales de Libia. No es un gran poema, como tampoco lo es la pistola Colt automática calibre 45, designada en la primavera de 1911 por el gobierno de los Estados Unidos de América como su arma corta oficial... No sé por qué pero cuando veo a un libio con la dentadura destrozada me acuerdo de aquel chaval que metía colillas encendidas en la boca de los sapos para verlos estallar...

            ...la primavera la hacía antes un pájaro sobre una rama. ¿Y qué significa Libia para las aves rapaces del Mediterráneo? Para un francés puede significar una puta buscando en el callejón sus pendientes de petróleo. Para un inglés o un norteamericano Libia puede significar una odalisca con el culo envuelto en un mosquitero, quién sabe, tendríamos que volver a leer la ‘Primavera negra’ de Henry Miller. Para un leonés que guarda un manicomio de ovejas Libia, coño, Libia queda un poco más allá de los fresales de Almería y lo que diga la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. ¿Os han metido en el buzón esos poemas que regalaba el Ayuntamiento para conmemorar el Día Mundial de la Poesía? Así nos vamos limpiando la conciencia y como si llevásemos puesto el tampón de la victoria o la felicidad inauguramos la estación del amor en Occidente. Hubiera sido más lírico que nos hubiesen regalado un trozo de raíl de la vieja estación…Hoy es el segundo o tercer día de primavera y ya se percibe el polvo del desierto libio...”

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