PESCADO, LECHE Y TAMARINDO

    
      Sería emocionante aterrizar uno de estos días por El Cairo. Llegar cogidos, por ejemplo, de la “elegía nocturna” de Amal Dunqul, y escuchar el ruido de las balas y las canciones de los mendigos... Ellos, los egipcios, ya celebraron el Día del Amor en noviembre. Hay al menos un restaurante egipcio aquí, en Ponferrada. Probaríamos ese delicioso cous cous con pollo y verduras. Y se aparecen también, de tarde en tarde, algunas mujeres con grandes ojos nubios. ¿Se llama hiyab ese velo con que cubren todo su cuerpo excepto el rostro, las manos y los pies? Las he visto paseando solas por la avenida Pérez Colino, por el barrio de la Rosaleda... Y es entonces cuando oigo la canción, una de las canciones más bonitas de Umm Kulzum, Todavía me acuerdo. Ellos, los egipcios, cuando escuchan a Umm Kulzum, guardan silencio. Y podríamos quedarnos así toda la noche, sin que nuestros párpados probasen el sueño...

            El viejo Cairo y navegar por el callejón de Midaq y sus milagros, en el Jan El-Jalili, olvidándonos de las turbias ideologías de Occidente, o buscar por el barrio de Mohandisin la nueva flor de los almendros, porque también en El Cairo ha de haber almendros a punto de echar flor. ¿Y si tomasen el poder y erigiesen su república los Hermanos Musulmanes? Pero ellos, los egipcios, celebraron ya, de forma no oficial, su Día del Amor, a lo hippy, en el mes de noviembre. Hubieras bendecido esa forma tan atrevida de exaltarlo, Anaïs. Calle Abbas El Aqqad, calle Gezirat El Arab, calle El Geish, y entrar entonces en un Café del puerto y de pronto la voz de Kazem Al Sahir cantando a su amada, el fatigado mar de Egipto elevando su queja hasta las pirámides de Gizeh. ¿Dónde estarán los intelectuales del grupo Kifaya, aquel Movimiento Egipcio a Favor del Cambio? ¿Habrán sido devorados por las bestias de Mubarak, o les habrán trasladado a la ciudad de Tokar? “Pescado, leche y tamarindo”, violenta metáfora egipcia para significar la ausencia de armonía, el caos. ¿Sabrías llegar hasta el tamarindo que ha prosperado en Ponferrada? Hay en el corazón de esta ciudad calles tan andrajosas, tan vacías cuando se abre la noche como las calles de El Cairo una hora antes de la oración del viernes. También los fetos en los vientres de las madres dicen no a Mubarak. Ellos, los egipcios, no permitirán en adelante que les arrojen los dedos de sus hijos a los caballos. ¿Te atreverías a unirte a los manifestantes en la plaza Tahrir? Y luego entrar en Al Fishawi, ese viejo Café con aromas de revolución y literatura donde Naguib Mahfuz y tantos otros soñaron el Egipto que ha de venir... Recitar como si fuera un novísimo versículo de amor una azora de El Corán. Y regresar a la ciudad del Sil con una rosa verde de El Cairo.

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