POR EL BARRIO PASAN FURIAS


      No vamos a pensar que tu país es una casaputas sin fondo. ¿Y aquel que arrastró su hambre por las encrucijadas de las cajas de ahorro sin piedad? 
      Un pueblo de infelices grita “¡hijoputas, hijoputas!”. En otros tiempos hubieran volado brasas contra los trincadores. 
   ¿Hasta dónde esta barredura, esas inmundicias que juntaron con sus escobas de mandar?


      Y la viuda que va vomitando bayetas de su desahucio contra la bahía. Y el que regresó del extranjero con todos los sudores y le desvalijaron y ahora está mirando por la ventana del manicomio. Por el barrio va dando palos de loco don Inocencio, en cualquier esquina le asalta otro maldito corrupto y le lleva los últimos caudales.

    O habrá que reinventar otra lengua en llamas con que combatir los corrompimientos más allá de noviembre. ¿Así que llaman ahora ‘agasajo corporativo’ a la parranda en los burdeles con música prostitucional? La desvergüenza se parece más que nunca a mi país. Como si nos hubieran desterrado. ¿Hasta cuándo tragarnos los huesos de la depredación?


     Por el barrio pasan furias... ¡Los tigres que rugen en esos bares de mala muerte!

—¡¡¡Estamos al límite, no aguantamos más!!!

    Y corean contra los alcoholes los nombres de los corruptores de mapas, corruptores de jardines, corruptores de animales domésticos, corruptores de puentes y montañas... Así se quitan las hambres. Y cada vez más sucias las lenguas.

—Yo les rociaría con cal viva.
—Yo me encargaría de los cubos y las palas.


    Glorias de estiércol, fantasmas que iban llenando de mierda estos muelles y bulevares. 
       A todo corrupto le llega su san Martín. 
     ¿Nunca presintieron que su sombra podría regresar a la sombra? Iban poniendo cruces por todas partes. Tal vez vosotros los hayáis tocado. Nos pisaban como a maderas en ruinas.

     Y cuando se atardece va por el barrio dando palos de loco don Inocencio, y no desgasta su lengua en vano. Y le pregunta entonces al presidente del Gobierno cómo hacer, Mariano, para no dar la imagen de un país sumido en la corrupción. Don Inocencio será muy pronto un sin-nada. Don Inocencio y su pobre pata, la pata del empobrecido que le rajaron los corruputos. Líbranos, oh Satán, ahora y en la deshora de nuestra puta corrupción.


    No, no vamos a pensar que tu país es una casaputas sin fondo. ¿A qué huele esta mañana? ¿Tiene las vértebras con fiebre? ¿Una nueva suciedad? 
    Los chimbombos ya han comenzado a bailar sobre el fuego.


No hay comentarios:

Publicar un comentario