EL BALADRO DEL ALMENDRO


      Si hoy me sale prosa un poco sucia, como brotada de un fangal, será porque amigos/andamos todos con el asunto de esa mierda nacional, mirad los muros de la patria nuestra/si alguna vez limpios, hoy encarroñados, que parecen más de cuadra que de corte democrática/y además la deshabitación de nuestros pueblos abatidos, y la inmigración de esos carbones colombianos que vienen a jodernos/...


...porque vivimos, compañeros, tiempos desapasionantes, gordísimas tribulaciones de conciencia, de manera que corremos todo el día por ahí griteando hasta el delirio/coléricos como beodos reclamando transparencias jurídicas, fiscales y gubernamentales, porque la convulsión es histórica/terrible el retablo que estamos empalmando en este ruedo putibérico/españa con minúscula, país de poetas y contrabandistas, que ya lo decía Víctor Hugo, que nuestra naturaleza, áspera y salvaje, es magnífica/idónea para soñadores y ladrones, maldito Víctor Hugo...


      Así que no sé yo cómo celebrar entre tanto lodismo y barrizal el brotar de los almendros/describir la fragilidad de su flor y el sentido de su albura, cómo pescar su espuma, esas flores/ideas deslumbrantes que se asoman levemente al callejón de nuestro pensamiento/y cómo entre tanto negreo de monedas interpretar las sílabas/himnos que desprenden, allá en las colinas/los almendros, el grito limpio de febrero contra los cuervos/de la corrupción, porque amigos, filosóficamente hablando/urge conquistar con aplomo y contundencia el cese de esta atroz/tortura, no quedarse impasibles al pudrimiento general...


      Si hoy me sale prosa un poco titiritera, de trigedia/más o menos esperpéntica, será de tanto alternar con la tropa que al anochecer/curda de soflamas y purrelas, monta en cólera y estalla: “¡Cabrones! ¡Chorizos!”, y que ahí sigue en las tascas del barrio/ fogueando maldiciones ante el estrépito de tanta morralla monetaria y trapacerías/timos que acojonan y emponzoñan la convivencia nacional, porque tal y como está el corral, compañeros surresistencialistas/...


...qué menos que marchar unidos baladreando la reconstrucción/regeneración político-social, moral y cultural del reino/el advenimiento de otra España con mayúscula y decente/la España del trabajo y de la idea/no la españa de pandereta y tarambanas que impunes/golfean sus vergüenzas, farsa de farandulistas, qué carnaval del despilfarro/por los páramos ibéricos...

    Esa es la chachipé, compadres, la cruda realidad/que se ventila en la puta rúa, amargue a quien amargue/mientras allá en las colinas despunta la alucinación de los almendros.



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