Recopilando
aumentaciones he estado estas últimas tardes, y puedo adelantaros que tantos aumentos
reunidos en una triste página causan fortísimos calambres de conciencia.
Aumenta el número de niños que empuñan un revólver, aumenta el número
de parados que no buscan empleo por desánimo, aumenta el número de rosas
aplastadas contra los alambres que bordean las vías del tren. A la orilla del
barrio desnudo los oigo jadear de rabia.
Aumenta el
número de ciudadanos propensos a ilusionarse con cualquier árbol/pájaro,
aumenta el número de multimillonarios, aumenta el número de españoles que viven
solos... Así viajan los más ilusos por los túneles de la despoblación. Aumenta
el número de niños en situación de pobreza, aumenta el candor primaveral, aumenta
el número de cabrones por kilómetro cúbico. Váyanse a la mierda los verdes
sudores de mayo.
Aumenta el
número de frikis y de perroflautas, aumentan las lluvias escondidas en los
diccionarios, aumenta el número de maletas que se pierden en los aeropuertos.
Desde la puerta del bar se ve bonito el suburbio. Aumenta el número de medusas
en las playas del Noroeste, aumentan los suicidios por desahucios, aumenta la
violencia que se parece a mi país. ¿Será entonces cierto que los ríos se llevan
los dolores?
Aumenta el
número de poetas de barrio, aumenta el número de hipotecas sobre viviendas,
aumenta el número de cielos que amanecen con melancolías depresivas. ¡Pues que
no se callen los cuentos que disparan contra los viejos teoremas sociológicos! Aumenta
el número de humillados en las fábricas, aumenta el número de prostitutas en
las carreteras secundarias, aumenta el número de políticos en estado lamentable.
Cada vez que a medianoche atraviesa el barrio un tren de mercancías trepidan los
muros de la casa municipal.
Aumenta el
número de lectores de grafitis repulsivos, aumentan las exhortaciones a
desaparecer dignamente de este mundo, aumenta el número de pijos que exhiben
sus trajes de asalariados en las oficinas de la nada. ¡No estrangulen entonces
los espejos que delatan las enfermedades neoexistencialistas! Aumenta el número
de excombatientes de la
Santa Transición que necesitan tratamiento psicológico, aumenta
el número de rosas aplastadas contra los alambres que bordean las vías del tren
(ya lo he dicho), aumenta el número de muertos por negligencia del Estado...
¡Estos
huesos/calambres de conciencia primaveral! Y luego el número de chimeneas que
se derrumban, y tantos geranios que estallan de ira cada tarde, y más puentes
que se alzarán con olor a pólvora...