SUEÑO Y PRIMAVERA


     La mitad de la población sufre estrés, la otra mitad padece el mal del insomnio, la tercera mitad sobrevuela la vida enganchada a las pesadillas nocturnas... Así que hemos construido un país tan emocional como un hospital psiquiátrico, somos de un país que es un manicomio místico donde se glorifican más que nunca las bellezas de las crucifixiones (¡oh mártires de los atentados terroristas!) y se persigue a las primaveras por golfas y revolucionarias...


       Recordad que la primavera verdadera es una doncella que irrumpe desnuda en nuestros idiomas adulterados y nos invita a un festín de rosas acuáticas... Saludémosla, pues, con ardor. Y empezarán a salir pájaros nuevos de sus manos. Y ella encenderá a beso/polvo limpio nuestros sueños de un país con menos dolor y espantapájaros y estafadores...


     Sin embargo la mitad de los adolescentes sufrirán demencia juvenil: beben y beben mierdas y sueñan con dinamita, viven y hacen lo que les sale de los cojones en poblaciones que apagan a botellazos sus farolas, en ciudades sin márgenes para los nidos de algas y las multiplicaciones de los lepidópteros. Y no se follan a la melancolía porque la desconocen. Los chicos de los que hablo ya están espiando los jardines y esos cementerios donde brotan las hortensias para fertilizar en primavera sus masas cerebrales: un buen porro de hortensias es más alucinógeno que un canutón de marihuana... Y oh jóvenes leones del Reino Undido de León, pasado mañana os mataréis entre vosotros por conseguir el dignísimo trabajo de inspector de alcantarillas.


     ¿Sabríais reconocer la voz de los adictos a la causa primaveral? La primavera es alteración política y social, almendros y cerezos republicanos en flor, literatura insurgente que contiene todos los colores de la cordillera y el océano... Se vuelven a abrir las rosas y soñamos entonces con revoluciones pendientes y surrealismos interconti-nentales. Sí, la primavera es golfa y revolucionaria y cualquiera de esos árboles frutales es capaz de entregarnos la maravilla de toda primavera. La primavera es turbadora teoría antropológica, sinfonía pastoral que amenaza con destrozar el pensamiento caduco y reaccionario y esos corazones tan viejos que aún dictan leyes apostólicas...


     Insomnios, tedios, esquizofrenias, patologías rarísimas... Tal vez se necesiten más centros de desinfección mental. Pero fortifiquemos menos tumbas ideológicas y más barcos que nos naveguen sobre sueños con sol. Y luego los pájaros harán el resto.



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