A veces esta ciudad ruge en la madrugada. Por los garitos y cavernas del oeste huele algunas noches a carne humana ardida.
Gritos de muerte sonaron en el barrio del Temple. Y temblaron las farolas de todas las calles, compadre. Como si ahí la felicidad fuese una pistola en llamas. ¿Qué significan ‘dominicano’ y ‘colombiano’ en la jerga social de tu ciudad? Inocencio Montero se llamaba. Y lo mataron a estacazo limpio. Dicen que el suelo estaba sembrado de navajas. Fue en la calle Conde de los Gaitanes donde lo dejaron muerto.
¡Y cómo temblaban las farolas de la calle, compadre! No más de siete grados bajo cero marcaba el termómetro del barrio. ¿Sabías que existe en Ponferrada una Asociación Berciana de Dominicanos y Amigos? ¿Sabías que también se ha fundado una Asociación de Latinoamericanos del Bierzo? Entre carcajadas de ron y manos que hablan idiomas corrompidos estallan algunas noches las jaulas donde habitan nuestros inmigrantes de América. ¿Qué hemos hecho tú y yo para evitarlo? Blanden sonrientes sus armas. La noche negrísima como un vendaval de panteras en celo. Y dicen que saltaba la sangre a borbotones. Y que los vecinos tienen mucho miedo cuando viven en el fin de semana.
¿Son sus ideales como brasas, o hay algo más dentro de sus conciencias que no hemos sabido interpretar? ¿Pero qué hemos hecho tú y yo para evitarlo? Hasta las colinas donde están relumbrando los almendros ha salpicado la sangre. ¿Y cómo vamos a caminar a esas horas por el barrio del Temple sin presentir los estandartes del crimen? Ladra la violencia, la noche a veces se viste de luto en mi ciudad. ¿Qué dirán esos trenes que pasan cuando lleguen al Atlántico? También tú te has detenido a contemplar esas gotas de sangre sobre nuestra nieve. Dirás que son etnias de Ultramar, dirás que son restos de razas e ideologías malheridas. ¿Y con esa explicación vas a dejar incólume tu blanca conciencia? ¿Dónde están las armas civiles y sociales con que íbamos a destruir esos brotes de violencia? Dicen que la contienda se hará más dura y que tal vez culmine en guerrilla urbana. ¿Qué significan ‘dominicano’ y ‘colombiano’ en la jerga social de tu ciudad? ¿Acaso significan lo mismo que ‘refugiado’ en tu viejo diccionario? No estoy aquí defendiendo su ‘causa’: sólo estoy tratando de que la entendamos juntos. ¿Y cuántos cementerios para inmigrantes nos quedan aún por construir? Retiembla algunas noches el subsuelo social de Ponferrada. En adelante no deberíamos seguir disimulando para no ver el terror que ahí se palpa.
Inocencio Montero se llamaba, treinta y siete años, poco más sabíamos de él. Y a eso de las seis y media de la madrugada lo expatriaron los garrotes de la muerte. No, no arrojemos más sal sobre la herida.
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