LA PARTÍCULA (DE) DIOS


            Caminar a medianoche le viene muy bien a un cerebro en crisis, nos había dicho el psiquiatra. ¿Y al corazón? No supo qué contestarnos. Porque el corazón últimamente nos funciona como la Bolsa: un día se sube a la cúspide del Frenesí, y al siguiente se hunde en la ‘nevedad’ de la Nada. Cesó la lluvia, y el cielo de la noche con sus nubes y su luna quedó como pintado por El Greco. Hermosa se nos ofrecía entonces Ponferrada.

            Nos había emocionado la noticia de que los científicos del Centro Europeo de Investigación Nuclear estaban a punto de encontrar la partícula (de) Dios, esa partícula que explicará al fin el origen de la Masa, que es el verdadero origen de todas las crisis de este mundo. Preguntádselo a los bandoleros de las finanzas o a los traficantes de pubis adolescentes. Si no tuviéramos masa, amaríamos a la velocidad de la luz, como relámpagos. Así que caminábamos por ahí como quien camina a la búsqueda de la partícula (de) Dios. Necesita más bares y clubes nocturnos esta ciudad, si quiere que sus hijos salgan de las crisis como Dios manda.




            Por las almenas del castillo de los Templarios trotaba como un camello el espectro del gran poeta berciano. Al principio nos habló en el idioma de los contrabajos: “Vuestra Monarquía no funciona bien. Deberíais ir pensando en una República”. Luego pasó a hablarnos en el idioma de los cisnes: “Sois como animales metafísicos cargados de indiferencia”. Si en las manos hubiéramos tenido en esos momentos un fusil, hubiéramos disparado a las estrellas que habían salido por el Sur. Pero más hermosa aún se ofrecía ahora Ponferrada. Tan hermosa que nos sentimos avergonzados de nuestra pobreza existencial. Y entonces nos pusimos a pronunciar en voz alta los nombres de nuestros amigos poetas y narradores de Facebook... Una locura tratar de convocarlos a esas horas. Así fue que ninguno apareció. Le dijimos adiós al espectro, le dijimos que tenía más verdad que Dios, y seguimos caminando. 

         Una niebla muy rara comenzó a ascender del río. Y bajo el puente de García Ojeda una pareja de ángeles mulatos se lo estaban haciendo sobre el cemento. Parecían dos perros bailando la Canción del emigrante. Nos entraron ganas de sentarnos ahí a la espera de que pasase un barco y nos llevase río arriba. Pero no cesaba de percutirnos en la mente la sentencia del espectro: “Vuestra Monarquía no funciona bien. Deberíais ir pensando en una República, deberíais ir pensando en una República...” 





        Si los científicos estaban a punto de encontrar la partícula (de) Dios, entonces el espectro tenía más verdad que Dios, la República era posible... Eso pensaba mi cerebro en crisis mientras regresaba a casa...


No hay comentarios:

Publicar un comentario