No podríamos
vivir sin respirar un poco de poesía a pecho descubierto No podemos imaginar revoluciones
sociales con sentido sin una buena dosis diaria de economía política (la política
económica es otra cosa, bien lo sabe el presidente del Gobierno nacional) No
podremos gozar la primavera si no nos devuelve las flores desaparecidas La
locura es que andamos ya viviendo en estado de alerta electoral
Sería un
error cerrar los ojos para no ver los síntomas de primavera que han aparecido: La
catástrofe de los ancianos en nuestras aldeas milenarias Los verdes húmedos y
profundos de los campos del Noroeste, perdidos están casi todos estos campos,
qué campos de patatas y repollos si fuesen cultivados, qué poesía, compañeros La maravilla
absoluta de esos almendros en flor El delirio que está provocando en la
provincia el llamado suicidio demográfico La marcescencia de los robles El
bloqueo del Gobierno nacional al puteadísimo carbón español La esquizofrenia estructural
de los ríos principales
La locura,
decía, es que ya vivimos en estado de sitio electoral No será raro entonces confundir
la lista de la compra barata con la lista municipal del partido XYZ Ingerir poemas
de santa Teresa de Jesús en los mítines de la nueva izquierda Cantar a grito
pelado en los cafés y en las tabernas listas de verbos/candidatos irregulares, impersonales y
defectivos Estornudar y bailar a la vista de carteles de propaganda político-sexual
Oír a un honrado ciudadano decirle al cabeza de lista de su partido preferido “Acuérdate
de mí, campeón, cuando estés en el paraíso fiscal”
No será
raro entonces quedarse como bobos mirando las caídas de sol primaverales Sentarse en
un banco del parque de la
Concordia y escuchar los lamentos de la señora Noelia por las
cebollas que le habrán robado O las blasfemias de un obrero en paro contra las
mulatas de la
República Dominicana ¿Se conseguirá por fin que el
bercianísimo botillo y la maragata mantecada tengan sus emoticonos en Whatsapp?
No podremos
vivir en estado de alerta electoral sin tomar al día una buena dosis de poesía,
compañeros Relatar entonces los problemas eróticos/existenciales de los viejos
ahí en las aldeas Recitar a la manera de los ácratas las averías en los barrios
más degenerados Y con metáforas de tierra firme detener la desplomación de los
templos y castillos en ruinas Poesía es siempre Primavera, las cosas como son
Lo difícil es llegar al corazón de esa mayoría que se calla
No hay comentarios:
Publicar un comentario