Enciendo la página en blanco –página de angustia— con la palabra ‘fuego’.
Ahora, por la tarde, escribo con el fuego en brasas. Fuego a quienes han estado
robándonos prosperidad, poder adquisitivo, la locura del porvenir honrado. Fuego
a quienes pretendían dejarnos a la luna de Valencia. Cualquier noche de España
es buena para prender fuego a todos los ‘corrupcionales’...
Hoy los perfiles del fuego retromodernizan las ciudades ibéricas, las
ciudades que yo bebo en esta tarde rojiparda, machadiana –tarde herrumbrosa de río
Sil y rabia político-ideológica—, ciudades inquisitoriales, plazas públicas de
la cremación, había que cremar a tanto fallero cabrón como anduvo suelto y aún
anda reventeándose por ahí... Porque hace falta, después de tanta cleptomanía
estatal, una refriega de fuego puro, purificador, fuego a los fantoches de la
luna de Valencia y vayan tomando forma de purga nacional las noches enrojecidas de España,
cualquier noche de España es buena para alzar columnas de fuego con los
‘corrupcionales’...
Veo fuego, oigo fuego, huelo fuego... Se me pega el pensamiento al
paladar y tengo entonces sed de fuego, veo tíos en calzoncillos ardiendo en copas
de putas mediterráneas, veo tías en bragas amenizando orgías catastrales a fuego sucio,
tíosytías arrojando por la boca de atrás billetes de oro y sangre, en apoteosis
crematística infernal... Veo fuego a discreción, fuego en los arenales de la
luna de Valencia, fogonazos catárticos en los dantescos crematorios políticos por construir... Oigo
fuegos artificiales, fuegos de enormes culos como palas eólicas ardiendo en los
fuegos fatuos de la Depuración Nacional.
Huelo fuego, fuego artesanal, popular, civilizador, fuego que asciende desde la España negra, pagana y
pobre y desciende sobre los cuerpos tostados de los corrupcionales...
Y ha de ser entonces el fuego hispánico de las Inquisiciones, la Hoguera de las vanidades infames, el Memorial del fuego que quemará a todas
esas aves carroñeras de la prostitución institucional, exalcaldesas, exconsejeros,
excomepollas... Se ha cansado ya de sus rapiñas la ruda masa trabajadora... ¡¡¡Puta que parió a los corrupcionales!!! Ah, violadores de
la pureza del alma castiza y brava: serán vuestros culos y
pezones chamuscados en las plazas públicas de las noches regeneradoras españolas...
¡¡¡Fuego!!!